En una sucursal bancaria, la rutina es sinónimo de seguridad y confianza. Los empleados atienden a los clientes, los gerentes revisan documentos, y todo parece bajo control. Pero, de repente, un cliente sufre un colapso. No responde. No respira. El personal se paraliza, y el tiempo corre. En ese momento, la diferencia entre un desenlace […]