El policía debe saber cómo ayudar a una persona que está sufriendo una emergencia médica, incluyendo a un compañero policía herido. Es posible que lo que aprenda le ayude a salvar su propia vida.
Sin embargo, la mayoría de los agentes de ley y orden no saben controlar un sangrado o realizar RCP.
El policía como primer respondedor
Existen varias situaciones donde la persona que está presente cuand0 ocurre la emergencia es la única que tiene la posibilidad de hacer algo que evite una catástrofe.
Veamos el siguiente ejemplo:
Supongamos que tenemos una estación de bomberos en el edificio justo al frente de nosotros. Asumiendo que la única responsabilidad de estos bomberos sea responder a un fuego donde estamos en este momento, usted decide que no necesita tener ningún detector de humo o extintor de incendio. Imagínese cuál será el resultado de cualquier incendio, aunque inicialmente sea pequeño. El incendio probablemente crecerá en tamaño antes de ser detectado y, en el tiempo que tardan en instalar las mangueras de incendio y penetrar la estructura, el incendio se habrá expandido hasta afectar quizás múltiples áreas aledañas innecesariamente.
De la misma manera, existen varias situaciones donde la persona que se encuentra en la escena es la que tiene la mejor oportunidad. Por ejemplo:
- Fuego
- Sangrado de extremidad
- Muerte súbita (paro cardiaco)
Control de sangrado
¿Sabía usted que una víctima de un sangrado arterial puede morir en menos de 10 minutos? La suerte del herido está en el que primero pueda controlar el sangrado inmediatamente. En muchas ocasiones, el policía que está patrullando el área es la persona que primero llega a la escena.
Muerte súbita
Cada año más de 300,000 personas en los Estados Unidos sufren de muerte súbita. Esto no quiere decir necesariamente un infarto al corazón o muerte por otras causas. Muerte súbita ocurre cuando una persona colapsa sin razón aparente. Muchas veces es debido a arritmias cardiacas que necesitan ser tratadas con compresiones cardiacas y un desfibrilador externo automático (DEA o AED por sus siglas en inglés).
Mito #1: «Para eso están los paramédicos».
Podemos debatir extensamente si el policía debe tener el rol de ayudar a otra persona o simplemente debe esperar a que lleguen los paramédicos para proveer algún tipo de ayuda a una persona que lo necesita. Desafortunadamente hay muchas personas en posiciones de liderato a lo largo y ancho de muchos países en latinoamérica que piensan que la función de proveer primera ayuda no le corresponde al policía. Mi única respuesta es esta:
«Solo espero que no piense de esa manera cuando sea su compañero(a) el policía herido.»
El problema se complica cuando la escena no permite inicialmente la entrada del paramédico a atender al policía herido por seguridad. Si la escena no es segura, y el paramédico no cuenta con equipo de protección personal, entrenamiento y la oportunidad de defenderse, no debe entrar a una escena todavía peligrosa.
En estos casos la situación plantea dos problemas: uno médico y uno táctico. El mejor manejo de uno puede ser detrimental para el otro, y viceversa.
Esta es la razón por la cual existen adiestramientos específicos sobre medicina táctica que van más allá de simplemente aprender a colocar un torniquete al policía herido.
Mito #2: «Hay otras prioridades.»
El Hartford Consensus estableció que el saber controlar una hemorragia es una destreza fundamental para todo agente de ley y orden.
Hoy día el policía necesita estar actualizado en un gran número de temas que evolucionan según las leyes y reglamentos se actualizan. La tecnología evolucionan y requieren que el personal las domine. Las herramientas son tan útiles como se sepan usar, y para eso hay que practicar.
Sí, este tema es solo uno más de una larga lista de temas importantes, necesario para cumplir con regulaciones, y/o temas operacionales que son necesarios para la ejecución de las labores diarias. Solo espero que haya tiempo antes de tengamos que lamentar la pérdida de un policía herido por no haber actuado a tiempo. Jamás le diremos a sus compañeros que lo «dejaron morir». Eso sería cruel para todos. Además, es posible que hayan intentado «algo», como montarlo en un vehículo e intentar llegar al hospital. Existe la posibilidad de que eso sea beneficioso, según este estudio. Pero de nada sirve el esfuerzo si habría muerto en el camino, o la pérdida de sangre fue demasiada e hizo imposible la resucitación en el hospital.